Existen tres tipos de conducta en función de la
asertividad: la pasiva, la agresiva y la asertiva. Podemos acercarnos más o menos a una actitud
asertiva, dependiendo de hasta qué punto logramos nuestro interés al
comunicarnos con el grupo social al que nos dirigimos en el acto comunicativo. Una conducta pasiva nos lleva a no manifestar
nuestros intereses para evitar confrontar, mientras que una conducta agresiva
nos lleva a plantear nuestros intereses, pero de manera poco efectiva.